Aquella noche estaba
desesperada. No podía creer lo que sus ojos veian. Todo cuanto hacía
salía del papel. Aquel día tuvo muchas aventuras, la parte que mas
le gusto fue cuando el niño le regalo otro lápiz. A la mañana
sigiente, se desperto nerviosa, porque tenia un examen.
Cuando llegó al colegio
se le ocurrio una idea excelente. Llegò su profesora que tenia las
hojas de los examenes en las manos. Cuando las repartio nos dio 0:30
minutos para terminarlos. Rapidamente la niña cogió del estuche el
lápiz y empezó a dibujar cosas que tuvieran que ver con la
diversión.
Enseguida toda la clase se
combirtio en un parque de atracciónes con dragones, hadas, piratas,
sirenas... De repente, delante de cada niño apareció un pupitre
volador que se posó delante de cada alubno. Hicieron los examenes
contentos y listos para jugar. Desde aquel dia la clase de 5.B no fue
nunca más aburrida en ese colegio.
FIN
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